09 octubre, 2011

II

La macroeconomía comenzó con Keynes, que fue el primero en hablar de renta nacional, interés, nivel de precios, frente a lo que él llamó economía clásica. Aunque caricaturizó en exceso a sus predecesores bajo esta etiqueta, lo que sí es verdad es que el fue él primero en notar que el mantra clásico de la flexibilidad de precios y salarios no funcionaba.
Sus predecesores decía que en caso de contracción económica, la flexibilidad salarial garantizaría que el paro no aumentara más que temporalmente, y la flexibilidad de precios que la oferta no se contrajera. Los agentes económicos, empresas y asalariados, sabían, o deberían aprender, que en caso de una caída de la actividad es mejor ceder en los valores reales de su renta de manera que el empleo se conservara y la clientela siguiera comprando. En general, los ajustes de la economía se hacían vía precio, y si un parado se quedaba parado, es porque no aceptaba el nuevo salario que le ofrecían.
Esto es una burda caricatura, pues había predecesores de Keynes más realistas que eso, pero lo cierto es que Keynes fue el primero en resaltar que los precios eran más lentos en moverse que las cantidades, y que había situaciones de paro prolongado que no se podían achacar a mala voluntad de los parados.
Como había situaciones en que el tipo de interés reducido no lograba reanimar la inversión, por muy bajo que estuviera.
En definitiva, Keynes, que escribió para dar solución a la grave crisis de 1929, describió una economía más realista que no tenía por qué tender al pleno empleo, como se observó en el mundo en los año 30, años de elevada tasa de paro y caídas del nivel de producción y de precios nunca vistos.
No vamos a describir aquí en detalle el modelo de Keynes, pero la conclusión a la que llegó es que el sistema capitalista era muy inestable, tendente a los ciclos, a veces violentos, y que necesitaba por ello ciertas muletas, ciertas políticas estabilizadoras explícitas, la política monetaria y la fiscal.
Ya veremos la discutible validez de sus conclusiones, pero lo que sí cambió definitivamente fue el enfoque para estudiar la economía. Desde entonces la macroeconomía, como visión de conjunto de una economía, se destacó de la microeconomía (estudio de las unidades), por incapacidad de ésta a dar respuesta a todos los problemas.  

08 octubre, 2011

III

la macro, pues, es una metodología para explicar el comportamiento de diversas variables macro interconectadas.
Por ejemplo, cómo afecta a la producción y el empleo una subid del tipo de interés.
o qué pasa cuando los impuestos suben sobre esas mismas variables. ¿Un aumento del gasto público aumenta la demanda y por ello aumenta la producción? O puede suceder que antes aumente el tipo de interés (por el incremento de la demanda de fondos (por parte del gobierno) y eso provoque una contracción de la oferta privada? ¿Es el paro sólo consecuencia de la rigidez del mercado laboral?
¿Es bueno que la inflación desaparezca totalmente? ¿Debe el banco controlar controlar sólo la inflación?
Estos son cuestiones macroeconómicas. Todas tiene diversa respuestas según la escuela y el modelo desde los que son contestadas. La economía no es exacta, y tiene siempre varias respuestas para el mismo problema. Pero la principal fuente de diversidad sigue siendo aquella dicotomía que argumentó Keynes, entre lso que creen que el ajuste de las unidades vía precios y salarios es suficiente, y los que creen que eas reacciones individuales no son suficientes e incluso pueden ahondar el problema.
Este es el punto esencial de la cuestión macroeconómica. Si las unidades individuales son capaces de rehacerse a sí mismas sin ayuda del gobierno, o si necesitan de ciertas "muletas", a veces, para reponerse y no caer en una espiral de ruina en cadena. Los "clásicos" dirían lo primero, los "no clásicos", o de raíz keynesiana, lo segundo. Sin embargo, en principio, el adoptar esta segunda línea no significa desconfiar de los mercados, sino de su autosuficiencia para, en determinadas circunstancias, no fomentar riesgos de derrumbe de los demás; lo que se suele llamar riesgos sistémicos.
En principio, aquí seguiremos esta línea, no intervencionista en los mercados, pero con un gobierno que dispone de mecanismos para paliar situaciones de emergencia en que toda la economía se viene abajo.

07 octubre, 2011

IV (IS-LM)


No sé exactamente la razón, pero estos días en todos los blogs se está discutiendo el modelo IS-LM. No voy a citar a nadie porque son innumerables los que han salido defender o derribar definitivamente este modelo. Fue inventado por Hicks (premio Nobel), economista keynesiano, para explicar la teoría de Keynes. Yo creo que al hacerlo consiguió, en realidad, traicionar a Keynes y a la vez convencer a todos los gobiernos del mundo que era el único modelo válido para decidir la política económica.
El modelo sintetiza la economía real y la monetaria-financiera, de tal manera que encuentra un equilibrio para los dos mundos. Ese equilibrio no es necesariamente el de pleno empleo (en esto sí es Keynesiano: lo que buscaba keynes era explicar por qué la economía podía estar en equilibrio con desempleo).
En la figura pueden ver los principales elementos del modelo. El eje vertical representa el tipo de interés, el horizontal, el PIB.
La curva roja, IS, es el equilibrio del mundo real con el financiero. O, dicho de otra forma, es el equilibrio del ahorro y la inversión. Es los pares de puntos {I, PIB} a los que se determina el PIB para cada I. Al tipo de interés R*, le corresponde una demanda de bienes que determina un determinado PIB. A mayor tipo de interés, menor gasto (o más ahorro), como se ve en la realidad. Un mayor tipo de interés encarece la financiación, luego la producción disminuye. Por eso la curva es descendente: el PIB es (+)(-) si el tipo de interés es (-)(+).
Ahora falta determinar el tipo de interés.
Para eso está la curva del dinero, LM, que es los pares de puntos {I, PIB} a los que la demanda de dinero se igual a la oferta monetaria. Aquí sucede al revés: cuanto mayor es la oferta monetaria, mayor es la demanda de bienes total, y mayor la producción, PIB.
La intersección de IS y LM determina un sólo punto de equilibrio para los bienes, el dinero, y el tipo de interés.  Ese punto no tiene por qué ser el de pleno empleo. Entonces, el gobierno tiene dos maneras de alcanzar el pleno empleo:
1) aumenta la oferta monetaria, lo que desplaza LM a la derecha {más PIB por cada I}, lo que lleva la intersección con IS a un PIB más alto.
2) aumenta el gasto público, lo que lleva IS hacia arriba y la derecha, hasta que se intersecciona con LM en un PIB más alto (y un tipo de interés I más alto).
Hay que señalar que las variables son reales, deflactadas.
El modelo tiene muchas debilidades; para mí las más importantes son que no incluye los precios (es una variable exógena y no influyente) y sólo tiene un tipo de interés, que se decide en el mercado monetario. también que sólo tiene una clase de producto, un bien homogéneo (aunque eso pasa en todos los modelos simples). Pero, como dice Krugman, en un elegante y muy recomendable artículo donde destroza  todo lo que ha venido después, los modelos sencillos son mejores que los complejos, y al él le gusta el IS-LM para empezar a enseñar economía.
Como dije antes, según Minsky, el IS-LM es una traición al pensamiento keynesiano, en el que el tipo de interés monetario no es determinante, la tendencia al desequilibrio es enorme, y el mundo financiero es complejo e inestable y muy influido por la expectativas cambiantes.
Sobre todo, es inútil en las circunstancias actuales.

06 octubre, 2011

V

1. IS se va a la izquierda: baja el PIB
Vamos a "tocar" variaciones sobre el modelo IS-LM para ilustrar en qué consiste la macroeconomía. Para ello nos fijamos en al gráfico 1, donde el equilibrio de inicio ha sufrido una modificación: la IS se ha movido hacia la izquierda. Supongamos que un choque de demanda (una caída de la demanda de inversión, por las razones que sean, ahora no importa), hacen  que, a cada tipo de interés, el PIB deseado sea inferior. Recordemos que la IS son los pares de puntos {I, PIB} que definen el equilibrio real/financiero. A ese tipo de interés de los bonos, el PIB deseado es menor que antes.
SI la LM no se mueve, el cruce nuevo IS LM es par un PIB inferior a un interés también inferior al inicial. En suma: La demanda se ha reducido; eso ha reducido la producción (y el empleo); por ello, la demanda de fondos prestables también lo ha hecho, y el tipo de interés ha bajado. Según el modelo, un aumento del gasto público que desplazara la IS a su posición anterior restablecería el PIB (y empleo) de equilibrio anterior. Pero también una política moentaria expansiva hubiera desplazado la LM a la derecha, hasta que, como en la figura 2, se hubiera alcanzado un nuevo encuentro a un PIB como el inicial.
2. LM se va a la derecha: baja el interés, sube el PIB

















ANEXO: Veamos una aplicación a los efectos del euro (en el conjunto de la zona) en sus dos fases, antes y después de la crisis:
En el gráfico, supongamos que al comenzar el euro estábamos en la posición inicial de equilibrio marcado por el cruce de la primera IS (roja) y LM (azul).
1. expansión bajo el euro
El euro es tan exitoso que las primas de riesgo bajan mucho, hasta el punto que se igualan los tipos de interés de todos los países de la zona al nivel inicial. debido a ello, aumenta enormemente la demanda de bienes, incluidos los pisos: la curva IS se desplaza hacia la posición punteada, que señala que para cada I corresponde un PIB mayor que antes.
La nueva IS punteada hubiera alcanzado un equilibrio nuevo en el cruce con LM, a un PIB señalado por la flecha verde de puntos; pero la baja prima de riesgo mantiene por debajo de ese nivel de equilibrio el tipo de interés, lo mantiene al nivel inicial, por lo que el PIB es mucho más alto que el de equilibrio (flecha roja de puntos): se están produciendo demasiados pisos y demasiado de todo. Esta es la posición que se alcanzó en 2007, el punto máximo del ciclo, obviamente excesivo.
¿Qué pasó después? un proceso contrario pero no simétrico, porque la incertidumbre modifica desfavorablemente la pendiente de IS LM. Por ejemplo, podría ser, más o menos, así:
2. Contracción bajo el euro
la nueva IS, roja punteada, es mucho más insensible -rígida- al tipo de interés. La LM, en cambio, por el aumento de la desconfianza, se ha vuelto elástica al interés: todos prefieren liquidez absoluta, lo que hace imposible bajar más el tipo de interés (azul punteada). se ha reducido el PIB muy por debajo del pleno empleo, y el tipo de interés ha sido mantenido por el BCE a niveles reales muy bajos, pero el estado de las expectativas reinante impide hacer cambiar la LM o la IS.

Evidentemente, este modelo es estático, y sobre todo insuficiente para describir lo que realmente pasa (crisis bancaria, de deuda, euro, etc). No trata otro tipo de interés que el monetario, no recoge el aumento de los rendimientos de los bonos de ciertos países, por no hablar de los tipos de interés privados. En ambos escenarios he jugado ad hoc con las primas de riesgo que afectan a la IS, y no sé si muy riguroso. Pero bueno, es un modelo como lo llama Krugman, Ad hoc, lo que supongo que quiere decir que puedes jugar y meter en él variables no explicitadas. Con todo, permite cierta aproximación con el cambio de las pendientes debido -la LM plana (trampa de la liquidez) y una IS mucho más rígida-, en suma el efecto de la desconfianza en ambas curvas.
Como dice el comentarista, es un pálido reflejo de la realidad, pero los movimientos que predice son en la dirección correcta.

15 febrero, 2010

Macroeconomia, ultima ratio

Como dice Dani Rodrik, hemos pasado de unas teorías paradigmáticas a otras, sin tener en cuenta que no hay modelos universalmente válidos en todas las circunstancias. La crisis de 1929 trajo el keynesianismo, que arrumbó a los neoclásicos. El abuso y el desgaste del keynesianismo trajo las Expectativas Racionales con los Nuevos clásicos. La crisis de 2008 ha traído un abanico, no muy amplio, de viejas teorías renovadas: el viejo keynesianismo y Minsky, el Estancamiento Secular de Larry Summer, tomado en préstamo a su vez de Hansen, un economista de los años treinta... Realmente nada innovador. Modelos más modestos y de aplicación limitada a cada circunstancia espacial y temporal, podrían ser mucho más eficiente.

Efforts to construct large-scale economic models have been singularly unproductive to date. To put it even more strongly, I cannot think of an important economic insight that has come out of such models. In fact, they have often led us astray.
Overconfidence in the prevailing macroeconomic orthodoxy of the day resulted in the construction of several large-scale simulation models of the US economy in the 1960s and 1970s built on Keynesian foundations. These models performed rather badly in the stagflationary environment of the late 1970s and 1980s. They were subsequently jettisoned in favor of “new classical” approaches with rational expectations and price flexibility. Instead of relying on such models, it would have been far better to carry several small models in our heads simultaneously, of both Keynesian and new classical varieties, and know when to switch from one to the other.
Without these smaller, more transparent models, large-scale computational models are, in fact, unintelligible. I mean this in two senses. First, the assumptions and behavioral relations that are built into the large models must come from somewhere. Depending on whether you believe in the Keynesian model or the new classical model, you will develop a different large-scale model... Second, and alternatively, suppose we can build large-scale models relatively theory-free, using big-data techniques based on observed empirical regularities such as consumer spending patterns. Such models can deliver predictions, like weather models do, but never knowledge on their own. For they are like a black box: we can see what is coming out, but not the operative mechanism inside.
Si lo pensamos bien, es absurdo y pueril enfrentar escuelas de economía (Como lo es enfrentar ideologías excluyentes). Rodrik dice que los modelos son como fábulas, o parábolas, que simplifican y eliminan elementos superfluos para explicar la realidad. Cada una de ellas tiene un mensaje - ahorrar es bueno, trabajar también, lo importante es la confianza en uno mismo, dad y se os dará, etc- pero es obvio que son mensajes incompatibles, lo no los hace falsos. ¿Ahorrar es bueno pero dar a los demás también? Simplemente, son verdades contingentes. El problema es saber cuando son superfluos o relevantes los elementos eliminados: depende.

En Economía pasa lo mismo. La realidad es demasiado compleja para explicarla con un solo modelo.